miércoles, 24 de septiembre de 2008

El Fifo, La Mesa Retonta y el meollo cubano


Hablar de la Mesa Retonta es redundante para nosotros, ese programa debiera llamarse "El Circo Castrista" para hacer una analogía al circo romano, donde los leones siempre terminaban comiendose a los humanos. Alli solo se da una opinión, se va a "demostrar" lo indemostrable y el sujeto no cambia entre hablar cuanta mierda se puede del exilio, de los Estados Unidos, mezclados con alabanzas al desastre castrista y nunca pueden faltar los 5 espias. Y menos interes tiene aun el impresentable perrito faldero de Randy Alonso, es que ya verlo da repugnancia.


Y ya por suerte no tendremos más la "dicha" de aguantar las perolatas de 6 horas de "ya-sabemos-quién" a propósito de las ollas arroceras, la "revolución" energética o Posada Carriles. ¿Es que este personaje no comprende que ni para vendedor de ollas servía?

La Mesa Retonta ha creado, sin embargo, toda una economía paralela entre los cubanos. Hasta hace poco no se vendían VCR o DVD, sin embargo entraban en el país, como también los decodificadores de satelite, las "antenas" y la proliferación de clubes de video clandestinos, donde el cubano promedio puede alquilar la última película que acaba de salir en el Pay-Per-View. Sin contar las redes de cables entre el "distribuidor" y una cantidad increíble de vecinos, que comparten los canales de la TV del satélite.

El régimen multa las antenas, las busca y el pueblo cada vez inventa nuevas formas de camuflearlas, las unas más originales que las otras.

¿Cuándo van a entender los voceros del régimen que ese tipo de emisiones no interesan a nadie?

Solo es en la libertad de opción, cuando una persona puede evaluar lo que es bueno y malo para ella, lo que sirve y lo que no sirve. Y no es "La mesa redonda" un ejemplo de circulacion y debate de opiniones, de ahi que sea tan monotona y aburrida y que en vez de servir de adoctrinamiento, que es el interes del castrismo, haga trabajar la creacion del cubano.

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